La organización de las Naciones Unidas hace periódicamente una encuesta para saber quiénes son las personas más felices del planeta. Desde el año 2012, la lista es encabezada por los daneses y un concepto ha empezado a hacerse popular en los medios de comunicación a nivel mundial: el Hygge (pronunciado hu-ga).
Este término surgió en el s. XIX, derivado de una palabra noruega que podría interpretarse como “bienestar”, aunque lo cierto es que en español no tenemos un término exacto que defina lo que es el Hygge. Una definición aproximada puede ser la de “disfrutar de los pequeños placeres de la vida a través de la comodidad y de un profundo sentimiento de bienestar”.
El clima nórdico es duro, muy frío y de largos inviernos y días sin apenas luz, por eso han desarrollado el hygge como una especie de arte de vivir que les ayuda a superar la melancolía. Puede entenderse que además de las relaciones familiares y amistosas, el entorno es un factor fundamental para esta filosofía, un entorno que ha de ser cómodo y buscar la calidez para compensar el frío exterior. Surge así también el hygge como concepto de arquitectura y diseño interior.
La decoración Hygge
Desde nuestro estudio de interiorismo en Madrid hemos repasado las claves de la decoración hygge porque la idea de poder disfrutar de espacios agradables y cómodos nos parece exportable a todo el mundo. Creemos que este tipo de espacios pueden ayudarnos a romper con el estrés de la vida actual, encontrando un espacio en el que disfrutar de las compañías agradables y los pequeños placeres.
Podemos simplificar la idea básica de la decoración de estilo hygge diciendo que busca crear espacios acogedores y confortables y lo hace a partir de unas claves muy sencillas.
Espacios ordenados
Siempre asociamos el desorden al caos y del caos nunca surge la calma. Por eso la decoración hygge busca espacios ordenados, serenos y pacíficos que resulten acogedores, buscando para ello soluciones inteligentes de almacenamiento, desde cestas de mimbre o metal a muebles con doble funcionalidad.
Iluminación suave y natural
En los países nórdicos no tienen persianas para permitir que entre lo mejor posible la luz natural. Una clave de la decoración hygge es la luz suave y tenue que podemos conseguir a través de puntos de luz situados estratégicamente en los espacios. La luz de las velas, que por supuesto pueden ser aromáticas, crea un tono cálido que induce a la charla y la confidencia. Así mismo, es fundamental en la decoración hygge la chimenea, donde hacer fuego, fuente de luz, calor y lugar de reunión por excelencia.
Uso de colores neutros y suaves
Las paredes y los muebles deben estar en consonancia y todos sabemos que el color influye en el estado de ánimo. La paz y la serenidad la encontramos a través del empleo de colores suaves y neutros que aporten luz también, tonos beige, crema, marrones, grises claros y pastel.
Madera y elementos naturales
En cierto modo estar en la naturaleza es estar en casa, y la madera es el material natural por excelencia y un elemento imprescindible en la decoración hygge que aporta calidez ya sea en suelos o muebles como mesas, sillas o estanterías.
Además las plantas y las pequeñas flores, nos darán ese toque de verde y de vida tan agradable que logran crear sensación de hogar.
Mezcla de texturas
Las diferentes texturas son claves en la decoración Hygge que mezcla elementos que aportan comodidad como cojines, edredones y mantas de diversos materiales naturales como lana, lino, algodón o piel.
Crea un Hyggekrag
Este será tu espacio personal para retirarte, puede ser un sofá cómodo, mejor situado cerca de un ventanal, donde puedas leer cómodamente, tomar tu infusión favorita o simplemente disfrutar del momento sin más.
Recuerda que el hygge es una actitud también que se refleja en los espacios, el hygge abraza lo viejo y lo imperfecto dándole nuevos usos e integrándolo en el espacio.
*Las imágenes incluidas pueden no corresponderse a artículos de Teresa Galán