La decoración de interiores siempre ha sido un reflejo de las necesidades que han ido surgiendo. Hoy en día vivimos inmersos en un ritmo de vida frenético, lleno de estrés. En respuesta a ello han nacido tendencias deco que buscan generar ambientes relajados y de calma. La última, que está arrasando en hogares de todo el mundo, es el slow life.
Esta tendencia se enmarca dentro de un estilo de vida que reivindica la calma. La filosofía que lo inspira tiene por objetivo crear espacios que fomenten la relajación. El hogar se entiende como el refugio en el que se desconecta del exterior para reconectar con uno mismo. Para entender cómo lo logra, haremos un repaso a sus elementos más característicos.
La belleza de lo simple
La tendencia slow life crea espacios despejados a través de una decoración depurada. Para sentirnos en calma y desconectar tenemos que desprendernos de todo lo accesorio. Por eso, las estancias son espaciosas y están liberadas de todo elemento superficial. Incluso el baño y la cocina se revisten de sencillez y conceden importancia al aspecto funcional sin artificios.
La idea de concebir los espacios como lugares armoniosos y en calma recuerda a otra tendencia deco muy popular: el estilo wabi-sabi. Sin embargo, no está ligada a la idea de imperfección como sinónimo de belleza. El estilo slow life busca transmitir serenidad a través de líneas sencillas, cuanto más simples mejor. Más que el detalle de lo que se muestra como antiguo o usado, lo importante es el resultado etéreo de la estancia en su conjunto.
La calma de los colores neutros
El blanco, los tonos arena y neutros son los protagonistas de la paleta de colores del estilo slow life. Esta gama cromática es muy valorada por la sensación de calma que transmite cuando se decora con ella. Por eso resulta lógico que sea la preferida para esta tendencia y reformas en pisos, que la elige para paredes, textiles, muebles y elementos decorativos.
Los materiales que incorpora se caracterizan por su conexión con la naturaleza. La madera, el mimbre, el algodón y el lino encajan a la perfección con la tendencia slow life. Especialmente en sus tonos originales, sin tintes ni estampados. El objetivo es que las estancias cuenten con muebles cómodos que permitan sentarse, relajarse y conversar.
La paz transmitida por la luz natural
La última clave para entender el estilo slow life está en la luminosidad. Los espacios que crea son simples, como hemos visto, y libres de todo aquello que no es esencial. Por un lado, sirve para que las estancias sean espaciosas y por otro, para dejar que la luz natural fluya sin obstáculos.
Para lograr esa fluidez, las ventanas se despejan y se visten de cortinas y estores de materiales vaporosos y naturales en tonos claros. Y para reforzar la entrada de luz, los espejos son elementos clave. De todos los tamaños y materiales, priman los de grandes dimensiones con marcos de madera.
En definitiva, slow life es sinónimo de paz, calma y serenidad. Los entornos que crea son agradables e invitan a la pausa. Si en tu día a día acumulas estrés y necesitas crear tu propio oasis personal, este estilo es ideal para ti. ¿Quieres incorporarlo en tu hogar con éxito? Confía en nuestro estudio de interiorismo en Madrid para lograrlo. Ponte en contacto con nosotros y estaremos encantados de ayudarte.