El naranja es uno de los colores a los que, hasta hace no mucho, parecía que teníamos miedo. Vibrante, atrevido, difícil de combinar, incluso, en algunas ocasiones, estridente. Era poco valorado en numerosos sectores, y es cierto que en un proyecto de interiorismo era difícil encontrárselo. Pero como decimos, eso era antes.
Desde hace un tiempo hemos visto cómo el naranja se ha introducido en la decoración interior y lo hace pisando fuerte. Sigue siendo un tono intenso y con el que a veces resulta complicado trabajar. Pero no cabe duda de que ¡el esfuerzo merece la pena! Los resultados que ofrece nos encantan y también a nuestros clientes.
No basta con encontrar un objeto o un textil naranja e introducirlo, sin más, en la decoración de habitaciones. Se ha de estudiar a fondo, porque va a ser o que determine el resto de decisiones que tomemos en torno a esa estancia.
Con qué tonos combinarlo
Combina bien con tonos similares a los tierra: rojo, amarillo, mostaza, marrón. Pero también se pueden hacer mezclas con azules y verdes, de modo que estos objetos ayuden a crear dinamismo en la estancia.
Si no quieres arriesgar lo mejor es empezar a introducir el color naranja en tu casa con pequeños objetos, de decoración. Es más fácil de trabajar a pequeña escala y, en caso de que no te guste, no resulta complicado cambiarlo.
Sin embargo, si eres una entusiasta del color naranja y has decidido que sea el protagonista de tu proyecto de interiorismo puedes tomar decisiones más arriesgadas. El resultado no dejará indiferente a nadie.
Los textiles son una de las opciones en que mejor funciona el color naranja. Así, la funda o los cojines del sofá o la ropa de cama son de las más habituales. De esta manera se consigue que sea el tono predominante en la estancia y el que marque cuáles serán los demás que le acompañarán en la decoración interior.
Paredes a todo color
Pero si realmente quieres jugar con el naranja y que sea el protagonista nuestra sugerencia es que te atrevas a pintar una pared de la estancia. Si lo haces en las cuatro puede resultar demasiado intrusivo y tener un efecto contrario al que buscas.
La idea es elegir una de las paredes, dejando las otras con un tono más neutro y suave, para que sea la que destaque. También has de tener en cuenta que hay varias tonalidades de naranja y lo mejor es decantarse por aquellas que son más suaves.
Si tan solo quieres probar, pero no quieres hacer un cambio radical, puedes pintar una única franja o la mitad superior. Crearás, además, un efecto de profundidad.
En Teresa Galán, expertos en interiorismo en Madrid, hemos afrontado numerosos retos asociados al uso de diferentes colores. Si quieres que te ayudemos a que tu proyecto de interiorismo resulte un éxito no dudes en contactar con nosotros.